Hoy he descubierto un poema de García Montero que lleva el mismo nombre que una de las primeras canciones que escuché de Quique González. Y sin duda la canción refiere a los versos de Habitaciones separadas.
Y aunque tú no lo sepas, he imaginado que la canción o el poema o estas palabras llegaran alguna vez a tus oídos. Aunque aún no te conozca.
El otro día oí decir en una película que el problema del amor es que no nos enamoramos de un hombre o de una mujer... que nos enamoramos de una ilusión.
Cuando el disfraz de la ilusión se desvanece, suele ocurrir, huimos despavoridos.
Y aunque tú no lo sepas, he imaginado que la canción o el poema o estas palabras llegaran alguna vez a tus oídos. Aunque aún no te conozca.
El otro día oí decir en una película que el problema del amor es que no nos enamoramos de un hombre o de una mujer... que nos enamoramos de una ilusión.
Cuando el disfraz de la ilusión se desvanece, suele ocurrir, huimos despavoridos.
Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo,
iluminando
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos.
Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes,
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda fría
cuando te marchas.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Espiada a la sombre de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz de un sueño
que no recuerdas cuando despiertas.
Así he vivido yo, como un consuelo, como una ilusión, como la luz de un sueño que no recordaste al despertar.