Esta es una de mis escenas favoritas del cine.
Yo, a veces, me he sentido un poco así, como Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes, salvando las distancias.
Y otras, en cambio, he perseguido todo lo contrario. Y he dejado el corazón al descubierto.
Creo que soy, en el buen sentido de la palabra, una persona de extremos.