miércoles, 3 de diciembre de 2008

Músicos de metro

Un viejo violinista lleva varios días en la salida del metro. Me llena los oídos de luz por la mañana, aunque sea tan temprano que aún no haya amanecido.
Toca melodías tristes y otras que me traen recuerdos. A las tardes en casa de una amiga con su cajita de música.
Los músicos de metro son extraordinarios. A veces creo que podrían subirse a cualquier escenario si tomasen prestado el apellido de otro. Nadie notaría el cambio. Hay una sensibilidad en ellos que no encuentro en las orquestas y las bandas clásicas.
Y su música lo invade todo. Interrumpe cualquier nube en tu cabeza y la convierte en otra cosa muy distinta. A veces en una gominola. O en lluvia que no moja los zapatos. A veces sólo en una sonrisa cómplice.