viernes, 23 de marzo de 2007

De casualidades y azarosos destinos

Acaso este post sólo responde a una tópica pregunta, o acaso ni siquiera ofrece una respuesta, sino que vuelve a lanzar esta cuestión al espacio, pero hoy, al despertarme, siemplemente me puse a pensar.

Me preguntaba si acaso la casualidad existe, si se busca o se inventa en algunas ocasiones o si simplemente debería llamarse azar.
Me preguntaba si eso que algunos llaman destino no es una idea que construimos nosotros a partir de algunas irrelevantes coincidencias, decisivas a nuestro entender.
Me preguntaba si, ocupándonos en casualidades nimias, quizá no reparamos en las que nos conducen hacia el lugar en el que hoy estamos.

Yo nunca he creído en el destino. Me parece ciertamente cruel pensar que nuestras decisiones vienen determinadas por una fuerza que no conocemos. Que lo que ocurre hoy encuentra su razón mañana no me parece muy acertado. Que lo que ocurre hoy nos enseña algo para el mañana se acerca más a lo real (aunque definir lo real sea ciertamente complicado teniendo en cuenta que cada uno lo pinta como quiere).
Yo nunca he creído en el destino. Siempre pensé que existen casualidades mágicas que nos divierten en el momento, pero son todos los instantes, casuales o no, los arácnidos que tejen esa complicada red de relaciones y hechos que van abriendo nuestros caminos.