Que mejor momento que éste para hacerte un regalo, Pi.
Acostumbrados a echarte de menos, en tu incansable forma de vivir la vida, seguiré de cerca tus crónicas sobre los fines de semana en Palencia. Y extrañaré los reportajes fotográficos, tu manera de sonreir a la vez que hablas, tus apariciones sorpresa, los ojos cansados cuando tienes sueño.
Un beso y buen viaje de vuelta.