He aprendido que todo lo que necesitamos está dentro de nosotros,
que la paciencia y el equilibrio son virtudes indispensables,
que el mayor enemigo del hombre es el egoísmo,
que es importante ser honesto con uno mismo y con los que nos rodean
(sin prestarnos al autoengaño)
y que hay que agradecer siempre.
He aprendido que no merece la pena desperdiciar tiempo y energía con alguien que no quiere compartir su tiempo contigo,
que para comprender a un amigo no basta con escucharle, hay que caminar kilómetros con sus zapatos
y que hay que perdonar siempre, porque el rencor es como una mancha en los pulmones.
He aprendido que la suerte viene y va y que la felicidad no depende de ella,
que no es lo mismo VIVIR que existir,
que es importante sentir que diriges tus propios pasos,
que hay que aceptar lo que viene con ecuanimidad.
He aprendido que no es lo mismo amar que querer tener,
que el amor no es un medio para nada,
que hay que amar primero la persona que uno es
que el amor está en cada gesto de los que nos rodean.
Sigo aprendiendo que todo fluye,
que todo se transforma
y que ser feliz es a veces una opción. Un camino.
Que la vida es un aprendizaje.