Un guerrero de la luz me dijo hace muy poco que los caminos son muchos, que hay decenas de posibilidades, y que cualquiera de ellos será el apropiado si elijo con el corazón, si miro hacia dentro.
Esto me recuerda a cuando era niña, a las palabras que cerraban la historia de un libro que leí. A veces, solo a veces, en los libros encontramos las respuestas y otras veces son los personajes de nuestra historia los que nos hablan en voz baja.
"Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular la savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos. Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aun. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve."