El año pasado, leí un artículo en el Himalayan Times el último día que pasé en Katmandú. Me había estado preguntado qué mierda decía de mí mi curriculum, qué pocas cosas reflejaba de lo que soy.
"There will be hundreds of people out with your same degree; there will be thousands of people doing what you do for a living. But you will be the only person alive who has the sole custody of your life. Not just your life at a desk,or your life on a bus, or in a car, or at the computer. Not just the life of your mind, but the life of your heart. Not just your bank account, but your soul"
"Not just the life of your desk". Ciertamente es eso lo que quiere reflejar un curriculum. Una vida de aprendizajes de escritorio. Solo un papel. Que no dice nada del olor del champú que usas cada mañana. De cómo afrontas los pequeños obstáculos cotidianos. De lo que significa tu media sonrisa. De cuál es el tono de tu voz. Del camino que sigues. Y si vas de puntillas. De las palabras que guardas. Del número de veces que respiras para tranquilizarte en una situación de estrés. De cuál es tu canción preferida. De cómo duermes, si en el larguero de la cama o con la cabeza en los pies. De cuándo suspiras. De qué te hace reír hasta que te duele la barriga. De qué te gusta ver cuando abres la cortina de tu dormitorio. Del color de tus sueños. De cómo te gusta hacer las cosas. Si con pasión o con extremada diligencia. Si dejas abierta la puerta de tu despacho. Y de tu corazón.
"People don´t talk about the soul very much anymore. It´s so much easier to write a resume than to craft a spirit. Don´t ever confuse your life and your work. The second is only part of the first"
Agarrar el espirítu, congelarlo.
"Get a life in which you are not alone. Find people you love, and who love you. And remember that love is not leisure, it is work. Each time you look at your diploma, remember you are still a student, still learning how to best treasure your connection to others (...) Get a life in which you are generous. Look around at the azaleas in the neighbourhood where you grew up; look at the full moon hanging silver in a black, black sky on a cold night. And realise that life is the best thing ever, and that you have no business taking it for granted. Show up. Listen. Try to laugh. Learn to love the journey, not the destination. Just keep your eyes and ears open".
En un mundo en el que los resultados son siempre lo que cuenta, a veces nos olvidamos de observar, de disfrutar el viaje, de mirar por la ventanilla del tren para descubrir los árboles, las montañas, el sol que se levanta. Habría que sonreír más. Yo, que trabajo en un colegio, trato de recordarme todos los días que escuchar, contener, sonreír, abrazar, comprender, aprender de los chicos y estar es lo más importante. Más importante que una evaluación positiva a final de curso.
Y de eso, de los momentos que capturamos con la observación. De las lecciones que aprendemos cada día. De las sonrisas que compartimos. De las confidencias. De eso, no habla ningún curriculum vitae.