domingo, 23 de marzo de 2008

La ley de la atracción

Mi amiga Daniela me descubrió una ley que hace tiempo intuía, pero nunca conocí tan de cerca. La ley de la atracción del universo.

Básicamente viene a decir que la actitud positiva atrae cosas positivas para uno. Cuando uno quiere algo, ya lo decía Coelho, el universo entero conspira para que lo consiga. Los pensamientos negativos, los miedos, atraen aquello que más tememos. Lo difícil es saber exactamente qué es lo que quieres y lo que no, porque el inconsciente tiene un poder desconocido sobre nosotros.

En Bolivia quise comprobarlo. Seguí los pasos que un best-seller, "El secreto", ofrece para conseguir una simple toalla de aseo. En serio. Necesitaba una toalla de aseo y en los mercados de Santa Cruz eran de muy mala calidad, demasiado grandes o demasiado pequeñas. Así que me levanté cada mañana pensando que encontraría mi toalla, despreocupada por volver a buscarla en ninguna parte. Sabía que pronto podría secarme la cara con una toalla limpia cada mañana.

Era una prueba estúpida, pero también quería comprobar lo de aquella ley. Y una mañana, en el supermercado, me compré un champú y una señorita muy educada me dijo: "Esta semana, con la promoción de Wella, le regalamos una toalla". Una toalla por cierto del tamaño y la textura exactos que yo había imaginado.

Debe de ser cierto. Cuando llegué, supe que no estaría más de un mes en el paro y en febrero empecé a trabajar en la Asociación de Síndrome de Down de Palencia.

La cuestión es visualizar eso que uno quiere, desearlo con mucha fuerza y actuar como si ya lo hubiera conseguido y sin derrotismo.

Y en cualquier caso, si al final no llega eso que supuestamente nos hará tan felices, no hemos perdido la sonrisa esperándolo. Y sin quererlo, hemos conseguido ser felices.