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miércoles, 18 de agosto de 2010

Surubís



De poco o nada sirvió el tamaño de mis pupilas o que me permitan ver mejor en la oscuridad (según diagnóstico oftalmológico) porque en el Chapare no pescamos ni un solo surubí.

Sin embargo, allá en medio de ninguna parte, en la oscuridad y el silencio del trópico cochabambino, descubrí algo que me llenó de paz.
No puedo decirlo. Es un secreto entre el río Ichilo y yo.

sábado, 14 de agosto de 2010

De vuelta en Bolivia

La vida en países como este te hace recordar que las cosas simples son las que verdaderamente importan.

Unas sábanas frescas a la noche. Una sopa caliente para tomar cuando estás enfermo. Compartir una tarde de charla con los amigos. Una llamada desde España. Un abrazo cálido y sincero de un amigo. Algo de dinero en los bolsillos. Alguien que te da la mano para que no resbales en el piso. Escuchar una vieja canción conocida. La lengua de trapo de un niño que dice tu nombre. Agua fresca para calmar la sed. Unos niños que escuchan un cuento. Uno que pregunta con curiosidad por aprender. Una familia que te espera. Otra que te adopta a diez mil kilometros de casa y te recoge con los brazos abiertos. Cerrar los ojos y que te dé el sol en la cara. Sentirte útil.

Y pasear bajo las estrellas.
Entre otras muchas nimiedades.

viernes, 11 de julio de 2008

Ya hace un año

A todos los que comprendieron mi partida y me empujaron a marchar,
a todos los que me abrazaron cuando lo necesitaba,
a todos los que me regalaron una sonrisa sin esperar nada a cambio,
a todos los que me dieron lecciones sin quererlo,
a todos los que compartieron momentos conmigo,
a todos los que confiaron en mí,
a todos los que me recordábais casi cada día que aquí también me estabáis esperando,
a todos los que me mostraron su país,
a todos los que nunca me hicieron sentir extranjera,
a todos los que me crucé en el camino,

gracias por haberme llenado de felicidad los bolsillos.

Hoy hace un año que tomé ese avión a Bolivia.

jueves, 27 de marzo de 2008

Pequeñas casualidades mágicas



Hoy volví a ver a los niños.

No estoy segura de si se colaron en mis sueños o fui yo quien viajó de noche hasta las aulas a la hora de su siesta con el pijama puesto. Abi había crecido y Fernandito seguía sonriendo con la misma gracia.

Y también hoy, fuera del sueño, comí la sopa de maní de Norma y el sabor me transportó de vuelta a la cocina con Jaqueline.

A la misma hora que terminaba la sopa, recibí una llamada de Daniela desde Santa Cruz.

Y en la misma tienda en que mi tía me ha comprado su regalo de cumpleaños, encontré un bolso que habían hecho las mujeres bolivianas del Plan 3000.

He decidido que esta noche también voy a soñar con ellos.

domingo, 23 de marzo de 2008

La ley de la atracción

Mi amiga Daniela me descubrió una ley que hace tiempo intuía, pero nunca conocí tan de cerca. La ley de la atracción del universo.

Básicamente viene a decir que la actitud positiva atrae cosas positivas para uno. Cuando uno quiere algo, ya lo decía Coelho, el universo entero conspira para que lo consiga. Los pensamientos negativos, los miedos, atraen aquello que más tememos. Lo difícil es saber exactamente qué es lo que quieres y lo que no, porque el inconsciente tiene un poder desconocido sobre nosotros.

En Bolivia quise comprobarlo. Seguí los pasos que un best-seller, "El secreto", ofrece para conseguir una simple toalla de aseo. En serio. Necesitaba una toalla de aseo y en los mercados de Santa Cruz eran de muy mala calidad, demasiado grandes o demasiado pequeñas. Así que me levanté cada mañana pensando que encontraría mi toalla, despreocupada por volver a buscarla en ninguna parte. Sabía que pronto podría secarme la cara con una toalla limpia cada mañana.

Era una prueba estúpida, pero también quería comprobar lo de aquella ley. Y una mañana, en el supermercado, me compré un champú y una señorita muy educada me dijo: "Esta semana, con la promoción de Wella, le regalamos una toalla". Una toalla por cierto del tamaño y la textura exactos que yo había imaginado.

Debe de ser cierto. Cuando llegué, supe que no estaría más de un mes en el paro y en febrero empecé a trabajar en la Asociación de Síndrome de Down de Palencia.

La cuestión es visualizar eso que uno quiere, desearlo con mucha fuerza y actuar como si ya lo hubiera conseguido y sin derrotismo.

Y en cualquier caso, si al final no llega eso que supuestamente nos hará tan felices, no hemos perdido la sonrisa esperándolo. Y sin quererlo, hemos conseguido ser felices.

jueves, 31 de enero de 2008

Echo de menos



- Despertarme con las voces de los niños en el patio.
- Caminar con chinelas.
- Los sobresaltos en el baño al ver aparecer brincando a una rana.
- Los baches en el micro.
- Alzar a mis niños cuando se encontraban enfermos.
- Las rabietas de Cristian y Rodrigo.
- Las sonrisas de Abi, Joel, Lorena o Diego.
- Acompañar a Daniela como copiloto, escuchando música en la vagoneta.
- A Chichi Peralta en su celular.
- Las Fridositas de Luis.
- Las tardes de silencio.
- Cobras y Lagartos a las 21.00.
- La voz de Mariela.
- La música de cumbias y chacareras.
- La determinación de Carlos, la seguridad con la que lo hacía todo.
- El patio de mi casa y agáchate.
- La sopa de quinua.
- El ruido de los insectos por la noche.
- El cielo negro y plagado de estrellas.
- Los abrazos fuertes e inesperados de los niños.
- Las travesuras de Fernando.
- La energía de Esther.
- El futbolin de 10 jugadores.
- Comer achachairús.
- El olor a humedad fresca después de la lluvia.
- El Lorca.
- A Davinia, siempre tan dulce.
- Ver a un escarabajo patas arriba y pensar en Gregor Samsa.
- Montar un taller de manillas y aretes, de abalorios y semillas, en la habitación.
- Los helados en Piccolo.
- Un bebé en mis brazos.
- A Sara y Chingueti.
- Los buenos días, señora Licenciada.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Cuenta atrás de regreso

El viaje en la montaña rusa llega a su fin. Ya no quedan más boletos. Cuando cada día se convierte en una historia impredecible uno tiene miedo de regresar a la rutina. A pesar de que en esa rutina está rodeado de su gente, de su mundo.
Me da miedo haber cambiado. No querer hacer las cosas que antes hacía. Mi amiga Davinia me comento que encontraria vacio mi alrededor a la vuelta. Pero ¿no sera posible encontrarlo si cabe mas lleno despues de haber visto tanta miseria?

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El esperado Mauricio


Cuarta cesarea (las mujeres aqui realmente son unas machangas) y una verdadera odisea para que naciera este bebe que tiene unos preciosos ojos azules y que consiguio que llorara por primera vez en Santa Cruz.
Creo que Bea y Eli tenian ganas de conocerlo.

martes, 11 de diciembre de 2007

sábado, 8 de diciembre de 2007

Duda, nuestra gatita


Punkies en la guardería



El otro día, mis chicos querían que los peinara con los pelos parados para formar su grupo de rock.
Aquí los tenéis, contentos de su nuevo look.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Pandilleros

Las pandillas son uno de los problemas mas graves de los barrios pobres de Santa Cruz.
Los pandilleros matan por un celular. Desde niños entran en un circulo de drogas y violencia. No pueden retirarse nunca y la traicion se paga muy cara.
En Plataforma Solidaria se intenta dar una alternativa a los chicos con el deporte.
Aunque no abandonen las pandillas estan ahi, en el centro juvenil, cada tarde. Entrenan, rien, juegan al futbolin. Este año los sub-19 han ascendido de categoria y ha sido un regalo para su autoestima.

Son, eso si, muy protectores con su gente. Hoy me demore y ya estaba atardeciendo cuando salia del Curso de ortografia. El barrio de Los Lotes es peligroso para una chica. Aun mas si es extranjera. Tres chicos de la sub-19 me han escoltado de forma muy disimulada en la esquina en que tomo el micro. Charlaban conmigo a pesar de no conocerme, sino por mi titulo de "profe", tal vez tratando de no hacerme sentir incomoda. Pero notaba que ellos estaban ahi por alguna razon. Alerta.
Al subir al micro y mirar de nuevo por la ventanilla, habian desaparecido.

Micros

Los micro-machines que nos llevan de un lugar a otro en Santa Cruz adoptan nombres bien curiosos que dejan rotulados en la parte superior del parabrisas. Creo que esto forma parte de la idiosincrasia cruceña, porque aqui todo es una fiesta y hasta una manifestacion en contra de la presidencia se convierte en un carnaval.
Esta entrada esta dedicada a las niñas, en especial a Eli y Bea, que saben que esto no es broma. Y su recogida me ha llevado semanas de investigacion esperando al 11 rojo.

- Apuesto soltero
- Tronquito veloz
- Corazon valiente
- El consentido
- Alfa y Omega
- Titanic
- El Pibe
- El retorno del lechon
- Yo soy el que soy
- Soy fruto fiel
- El gavilan
- Niño Jesus
- Chinito veloz
- Cariñocito
- El soltero
- Coquito
- Lobito
- El cazador solitario
- La diligencia
- El potrillo
- El cholero
- Tierno y salvaje
- George Tours ****
- Por siempre rechazado
- La pinta es lo de menos
- Pobre angelito
- Pillin
- Galancito
- Locango
- Transporte Santiaguito
- Yoni
- El temible
- Lobo del aire

martes, 27 de noviembre de 2007

Odio

Me preguntaba el otro día por qué tanto odio. Por qué entre los propios ciudadanos de un mismo país se crean tantos conflictos. Por qué el poder corrompe hasta al hombre más humilde.

Creí que un cargo vitalicio es la antítesis de la democracia. Creí que un gobierno socialista era un gobierno que escucha a su pueblo. Creí que la opresión era opresión fuera cual fuera su color político. Y que la discriminación positiva era también un tipo de discriminación.
Oí que querían proponer a Evo Morales como candidato al Nobel de la paz. ¿Cuáles eran esas voces? Hoy día en Sucre la gente no duerme por miedo a que entren en sus casas, las fuerzas del orden apalean a los estudiantes y no hay forma de entrar o de salir de la ciudad porque toda comunicación está cortada.

La otra noche vimos la película "Beyond the gates" sobre la matanza de los tutsies en Rwanda. Hutus y tutsies. Coyas y cambas. No podía evitar pensar en que podría ocurrir algo así en cualquier momento en un país como éste.
En Santa Cruz, el peor insulto que pueden proferir es coya de mierda. Los ponchos rojos, un grupo radical, coyas, sacrificaron el otro día a dos perros y amenazaron de muerte a la oligarquía cruceña.

Hay 36 etnias en Bolivia, 36 lenguas diferentes. El propio Che, sin embargo, a quien tanto admira Evo, pensaba que en América Latina hay más cosas que los unen, que razones que los separen. Yo tengo amigos coyas y cambas y no encuentro que sean tan distintos. Y si existen ciertas diferencias, son precisamente éstas las que construyen el país en forma de caleidoscopio y le aportan toda su riqueza histórica y cultural.

Si los propios bolivianos se atacan, si el racismo está dentro de sus fronteras ¿qué se puede hacer?

Entre tanto los niños, tan inocentes, viven ajenos a la violencia, al odio y responden que su país se llama San Juan, que es el nombre de su barrio y les gusta estrenar chinelas porque están limpias y nuevitas y abren la boca sorprendidos de los adornos navideños y esperan con ansiedad una piñata de juguetes que este año llegará en medio del ruido de enfrentamientos civiles.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Paris bien vale una misa

Alguien dijo una vez que Paris bien vale una misa. Parafraseando a ese alguien, para mí bien valen una y cien misas las sonrisas de Abi o de Joel, de Diego o de Lorena. Esas sonrisas tan expresivas y el abrazo fuerte que les sigue.
Ayer me preguntaba qué será de estos niños. Si recordarán de algún modo sus años en la guardería. Y en qué se convertirán. Si habrá forma de conseguir para ellos un futuro, si habrá forma de que aprendan a soñar.

Hace unos días, en una fábrica de papel en la que fuimos a comprar material, un hombre trató de bromear sobre la situación de los chicos.
- ¿Qué tan pobres?- decía y reía con cierto sarcasmo.
- Tan pobres -le dije yo- que no se puede hacer chistes sobre ello.
Él se quedó callado al momento.
Carlos me dijo que no tengo filtro para medir mis palabras, pero lo cierto es que esta única vez estaban bien medidas.

Son tan pobres que una mamá no puede pagar su pasaje (de 15 céntimos de euro) para ir a trabajar y camina varios kilómetros cada día.
Tan pobres que llevan las chinelas del mismo pie y diferente color o que sacan el dedo en sus zapatos.
Tan pobres que se pegan por un puñado de cereales extra.
Tan pobres que no hay plata para comprarles sus remedios cuando están enfermos.

Y acusan carencias más graves.
Les falta un segundo apellido, inventan historias sobre el padre fugado, hablan de las borracheras de su madre con normalidad, son cuidados (y a veces, descuidados) por sus hermanos mayores, de poco más de diez años, son víctimas de maltratos y quién sabe.

Lo que me maravilla es que, a pesar de todo, me den los buenos días con una enorme sonrisa y tengan tantísima energía para seguir jugando durante todo el día y escuchar el cuento antes de la siesta con los ojos llenos de curiosidad.

martes, 20 de noviembre de 2007

Clases de baile

Una punkie en clases de baile, dijeron Mariela y Luis. Nunca me lo habria imaginado, pero me divertí. Ayer tomé mi primera clase de baile en Bolivia. Un, dos, tres. Un, dos, tres. Señorita, no mire al suelo. Cuente. Un, dos, tres. Tantas veces me sentia perdida con los pasos, que el profesor nos llamo a mi y a Daniela a la primera fila. Relaje los brazos. Luego una pareja con aparatos en los dientes y babero. No tendria mas de 15 años. Daniela no tuvo mejor suerte. Espalda recta y cabeza erguida, señorita. No te apures. Pense que no seria capaz de dar mas de dos pasos seguidos. Las pijitas de turno mirandonos con recelo, cuando el profesor nos sacaba a bailar. Un espejo interminable que me recuerda por que no me gusta la pachanga. Yo no tengo gracia. Aqui consigue aprender hasta el mas torpe. Sudando como un pollo. Marc Anthony a todo volumen. Un, dos, tres. Y vuelta. Hay que probar cosas nuevas.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Bolivia Rock, o de cómo asistir a un festival de rock protesta con gente vip

El viernes asistí por fin a un festival de rock en Santa Cruz. Era en Oz, el boliche antivip por excelencia en la ciudad. Sólo había un problema. Que cierta gente con la que iba a asistir es precisamente todo lo contrario. Extremadamante vip.
Llegar a un concierto de rock y descubrir que tienes mesa reservada es una antítesis de libro. Yo esperaba saltar frente al escenario con el kalimotxo en la mano, pero el kalimotxo nos lo servimos nosotros en la mesa, en vaso de vidrio y con vino de reserva de Concepción.
Los grupos eran bastante buenos. Auténticos. Pensad que aquí el rock se siente verdaderamente porque se enfrenta a las cumbias, las chacareras, toda la música tradicional, el reggaeton, etc. No puede competir con ello y se vive de forma especial. Todos los fines de semana hay nuevos conciertos.
Excalibur sonó muy bien. Abrió con tranquilidad el espectáculo posterior.
El cantante de Querembás horrorizó a Daniela con ese revolver su melena al viento.
Track cantó Ave Fénix con ayuda del público y nos puso a todos los pelos de punta.
Descubrimos que ese movimiento de cabeza hacia delante cuando escuchan un concierto es común a los heavyes de todo el mundo.
Ben, el voluntario americano, descubrió a su vez el kalimotxo.
Yo descubrí que si algo me gusta es escuchar música en directo. El sonido de las guitarras. La voz rasgada de los cantantes. El ambiente que se crea en torno.
Como broche final, la misma canción de otras veces sonó en la vagoneta de Daniela.
La consecuencia más horrible de todo esto es que le prometí a ella acompañarla al concierto de Daddy Yankee a cambio de este festival.
Será toda una experiencia.

Imágenes desde el micro

Los viajes en micro en Santa Cruz te recuerdan que estás en Bolivia, tal vez por el hacinamiento en algunas ocasiones en que la gente se cuelga literalmente de la puerta, por la música de cumbias y reggaeton a todo volumen o por las imágenes que se suceden al otro lado de la ventana.
Una mujer cambiando a su bebé los trapos que hacen de pañal junto a la carretera.
Un chico que se agarra a la parte trasera del micro para viajar gratis.
Un niño colgado del pecho de su madre. Aquí el período de lactancia se alarga hasta casi los 3 años.
Un hombre empujando una carretilla con dos niños pequeños y parte de su negocio guardado en un saco.
Los cleferos durmiendo a lo sombra de un árbol en una rotonda con los pies descalzos y ennegrecidos.
Un niño de 8 años esnifando pegamento.
La gente durmiendo sobre el suelo, sin un cartón o una manta.
Un niño haciendo malabares con un sólo mango y pidiendo limosna en el cruce.
Un comedor al aire libre con grandes ollas, sillas destartaladas y mosquitos rondando la comida.
Un bebé dentro de una caja de cartón.
Los policía con ametralladoras de medio metro en las esquinas.
Con el tiempo, me he acostrumbrado a ver cosas como éstas. Ya no me resultan extrañas. A veces, no atraen siquiera mi atención y mis ojos las pasan por alto. Es curioso ¿no?

jueves, 1 de noviembre de 2007

El ingenio de Pimpollitos

Muchas veces nos reimos de las ideas o los comentarios de los niños, de esa lógica a veces tan aplastante. Tienen un ingenio envidiable. Decidi anotar algunas de las cosas que en este tiempo nos han dicho los chicos. Por supuesto que la gracia no es la misma fuera de contexto, que ver a Joel corriendo por el patio y gritanto a los chicos que escuchen, vamos a tener un parque, no tiene la misma fuerza sin la sonrisa de Joel, sin su gesto de felicidad indescriptible. Por cierto, sí, el Colegio Americano ha jugado a los Sims con nuestra guarderia y ha diseñado un jardin para el exterior del edificio, con arenero, huerto, resbalines, columpios, una maravilla.

Aqui va la lista de sabias frases de mis niños:

- No puedo ir a la guardería porque Evo viene y me va a flechar (Gabriela, en ocasión de la visita de Evo Morales a Santa Cruz)
- Tiooooooooooooo, ¡estáis fabricando juguetes? (Joel, a la vista de una oficina llena de cajas con una donación de una guarderia del centro)
- Hay un hombre sin cabeza que me mira (Diego, y yo preguntándome con que ojo podia estar mirandole)
- Te has cambiado de cara, tio (Diego, la mañana en que Luis se afeito la barba)
- Ilen Chavez dijo culo, tia (Silvana)
- Tia, ¡tu casa es una venta? (Jose Miguel, observando la estanteria de mi habitacion llena de libros, ropa, las cosas del desayuno y otros cachivaches)
- ¡El tio duerme? ¡Pero si es de dia! (Abi, a la hora de la siesta)}
- Las chinelas tambien tomaron y se emborracharon (America)
- No tomes tia, que te van a salir flores (Diego, yo iba a tomar su te, despues de haberle explicado que le haria crecer como una planta)
- No te vas a ir a España ¡no ve, tia? (Abi, tan dulce siempre)

lunes, 29 de octubre de 2007

Con otros ojos

No había hablado mucho del viaje con las niñas, pero no será porque no fue fantástico. Diría que los lugares se miran con otros ojos cuando uno viaja con amigos de siempre, con los que saben lo que estás pensando con sólo mirarte a los ojos. Lo cual no quiere decir que los viajes con otra gente no se vivan de forma intensa.
Lo que ocurre es que cuando la causalidad nos une en un lugar tan fascinante, durante años recuerdas las cucarachas y los mosquitos por la mañana en el baño y mis servicios de limpieza con Raid y trapeador en mano, los personajes de la historia e incas de perfil bohemio, las horas en barco, en avión, los fetos de llama en el Mercado de las Brujas, velas, unguentos y ¿me da un numero mayor de este par de zapatos?, o no, Bea está esperando también otro par, os ceden el asiento en el micro, los niños se os pegan como garrapatas, las compras se acumulan, alfajor y cuñapes, los amigos esperandonos en el aeropuerto, las risas y los gritos de los niños, los bebes en una escena de peli de terror y Eli en medio de la desesperación, El Rey León 1, 2, 3, 4 y 5, sin saber quién será el bebé del cahorro de Simba, y alguien a quien se parezca también el cachorro de Scar, en el Copa, Copacabana, 18 añitos traspasa los límites, vistas a La Paz en el retrete, hotel de cinco estrellas, un helado de mango en la plaza, trescientas escaleras lloviendo, máscaras en el mercado, soy como un lamento, lamento boliviano, yo tengo la suerte la suerte del enano, abrazos, abrazos, cómo echo de menos mi vida en España, charlas en la cocina y camino del Perú.
Y nada ha sido un sueño. Aunque bien lo parezca.