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miércoles, 11 de febrero de 2015

Ve donde él te lleve

Un guerrero de la luz me dijo hace muy poco que los caminos son muchos, que hay decenas de posibilidades, y que cualquiera de ellos será el apropiado si elijo con el corazón, si miro hacia dentro.
Esto me recuerda a cuando era niña, a las palabras que cerraban la historia de un libro que leí. A veces, solo a veces, en los libros encontramos las respuestas y otras veces son los personajes de nuestra historia los que nos hablan en voz baja.

"Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular la savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos. Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aun. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve."

lunes, 8 de abril de 2013

Esguince de tobillo

“La escalada es como la vida”, le digo a I. y ella me mira y sonríe: “Como la vida misma”, me dice y luego mira a la pared. Ella sabe que es verdad, de alguna forma.
La escalada es como la vida. Hay quienes disfrutan de la aproximación, siempre, como parte del viaje. Hay quienes se olvidan de mirar el paisaje y guardan su energía con el fin de alcanzar sus objetivos. Hay quienes se marcan objetivos y quienes no. Hay quienes se lo toman con humor y con seriedad. Hay quienes compiten y quienes cooperan. Hay quienes se caen y vuelven una y otra vez a probar el mismo paso hasta que consiguen superar el bache. Hay quienes, una vez se han caído, no quieren volver a intentar la vía. O quienes deciden hacerla de segundo, una vez montada, para tener la seguridad de no volver a caer. De no hacerse daño. Están los impulsivos, los decididos, los observadores, los analistas, los precavidos y los que tratan de vencer su miedo a cada paso. Hay quienes se imponen retos, quienes se exigen ser mejores y quienes simplemente quieren disfrutar las vistas. Hay quienes no miran atrás y quienes recuerdan cada paso anterior para dar bien el siguiente. Hay quienes leen la vía con los pies en la tierra y quienes escalan por intuición. Hay quienes se hacen daño, quienes no consiguen subir algunas vías, pero siguen intentándolo. Prueban otras vías y repiten las mismas hasta aprender y prever cada apoyo y cada grieta en el camino a la reunión. Hay quienes solo quieren paladear el sabor de la escalada una vez, una jornada. Y luego dicen que estuvo bien. Hay quienes tuvieron malas experiencias y aún tienen heridas abiertas. Quienes no vuelven a escalar. Quienes no vuelven a arriesgarse en un paso difícil. Están los tenaces y los emprendedores. Los que quieren probar lo que nunca antes se había probado. Los que quieren abrir caminos. Los que siguen el camino marcado. Los que siempre quieren más.
La escalada es como la vida. Supongo que esto ocurre porque el escalador en la pared es transparente. Y su carácter, sus aprendizajes, sus dudas y sus miedos, todo está ahí, todo lo sostiene una fina cuerda. Supongo que esto ocurre porque en la vida también hemos de ir leyendo la ruta a cada paso, buscando los apoyos que nos hacen continuar. Supongo que caer, como en la vida, exige un gesto posterior de superación. De seguir adelante. Supongo que en la vida, como en la escalada, es necesario no perder la ilusión y las ganas de sumar experiencias.
O tal vez es solo el momento de filosofar después de una caída y un pequeño esguince que te ha dejado a pie de vía.

sábado, 25 de febrero de 2012

Definiciones

Una vez me dijo mi maestra de Reiki que a veces vas dejando pedacitos de ti mismo en diferentes lugares y cuando quieres darte cuenta de la desintegración que sufres, tienes que volver atrás para recogerlos uno a uno.
Cuesta descubrir en realidad quiénes somos. El otro día vi mi curriculum vitae y casi me caigo del susto. ¿Cuenta ese papel lo que yo soy?
Pienso que todos los roles creados que la sociedad nos impone no nos definen. Ser médico, jardinero, abogado, estudiante o mecánico no dice nada en realidad, porque lo que somos es algo más profundo. Más esencial.
Nos educan muy poco en la libertad de elegir y sí en la de obedecer, en la de producir y en la de competir. En esto la sociedad tiene buena parte de culpa. Nos educan muy poco para ser felices con lo que decidimos ser. O con lo que en realidad somos. No hay más que ver a los padres a los que su hijo les dice que quiere ser chófer de autobús, astronauta, por ejemplo, o yo qué sé, taxidermista, y ellos van y dicen “no, Manolito, que tú lo que tienes que hacer es estudiar para abogado”. O aquellos padres que tienen siempre miedo, "no Pepito, eso no que te haces daño", o todo les parece una afrenta, "no saltes", "no digas esas cosas". Y luego está esa exigencia de encajar en el mundo, en el sistema, de convertirnos todos en autómatas como en el Mundo Feliz de Huxley.
A veces ni siquiera lo que hacemos dice lo que somos. Actuamos con miedo, con recelo, con impulsividad, con temeridad incluso. Podemos ponernos la máscara que más nos convenga y echar a andar con la sonrisa pintada.
¿Qué dice entonces lo que en realidad somos?, me preguntaron unos amigos hace un par de días durante la cena. Si no es tu forma de vestir, ni la música que escuchas, ni tus gustos culinarios. Porque yo creo que todo eso cambia a lo largo de los años. Se transforma.
Recordé al Principito. De Saint-Exupery nos dice que nunca definimos a las personas por lo que son, sino por las cosas más banales (la edad, la profesión, el color de su pelo). No decimos a qué huelen, o cómo suena su voz o su sonrisa. No decimos si hay sensibilidad, duda o energía en sus palabras. Si besan lenta o torpemente (en el caso de haberlo probado). Si su tacto es cálido o frío.
Alguien me dijo que las personas que se cruzan en nuestro camino nos recuerdan cosas. A veces nos recuerdan lo que somos, si es que lo hemos olvidado, y nos hacen recomponer el puzzle. A veces nos hacen replantearnos nuestras elecciones.
Quizá sí podemos ser lo que queramos. Crear lo que queramos ser. Reflejar lo que sea en los demás. Y convertirnos en lo que de niños habíamos imaginado.
Quizá solo hay que tener valor.

martes, 30 de agosto de 2011

Agujero de gusano

Un viaje largo largo se convierte a veces en un agujero de gusano en el que el espacio-tiempo desaparece y las Antípodas no están tan lejos si vas a ver a alguien muy querido. Más de 24 horas en tres aviones. Ya he pisado los 5 continentes. Y luego conducir por carreteras largas largas interminables para descubrir pequeños rincones mágicos en pueblos de nombres ridículos, islas de arena y montañas de árboles altos altos. El silencio de los senderos escuchando pájaros y animales entre la maleza. Las casualidades. Las Blue Mountains desde un escarpe asegurada con el arnés y la Gran Barrera de Coral como una pecera gigante, con neopreno y tubo de snorkle. Cualquier aguacate no conduce al fracaso. Por eso los kilómetros, las risas, las charlas, los atardeceres en la playa, en el monte, las caminatas, aquella serpiente negra venenosa debajo del puente, el recorrido en hammer, las cafeterías en Sydney, el Betty Soup, el ascenso al Pulga-Chill, un mapa de estrellas diferente y desconocido, no cambiaría nada. Nada. Un placer haber vivido esta experiencia.

martes, 8 de marzo de 2011

Del amor y otros misterios

En lo que se trata de amor, queda mucho por hacer y muy poco tiempo para hacerlo. No desperdicies tu energía en peleas, celos, conflictos; sigue tu camino, y hazlo amigablemente (...) No te quedes fijado en quien no es adecuado, no es para ti. No te enfades, de nada sirve, y no trates de forzar la confianza; nadie puede forzarla, eso nunca ocurre. Perderás tiempo, energía, y tal vez te des cuenta de que eso ocurrió cuando era demasiado tarde. Sigue tu camino. Confía o sigue tu camino.
El amor siempre confía o si ve que confiar es imposible, simplemente sigue su camino en forma amistosa; no hay conflicto, no hay lucha.
(Osho)

Como ya dije en otras ocasiones, todo viene y va. Hay personas que nos acompañan solo un tiempo en el camino y luego siguen sendas distintas.

Pero una certeza como esta no debe asustarnos. Si alguien choca con nosotros, debemos dejarlo chocar, ser porosos. Algo tendremos que aprender de esa experiencia. Y luego no nos interpongamos, dejemos que nos traspase. Porque somos todos seres libres. Y es necesario aceptar que hay muchos caminos, unos que convergen, otros que comparten varios tramos, algunos paralelos.

En la vida hay que sumar, me dijo un amigo hace poco, aunque a veces resulte complicado hacer las cuentas.

jueves, 4 de febrero de 2010

Espejos

La "ventana de Johari" ilustra el concepto de "dar y recibir" en nuestro comportamiento social. Hay una parte libre de esa ventana que se refiere a aquello que nosotros mostramos conscientemente de nosotros mismos a los demás. Una parte oculta que es aquella que no comunicamos, aquella que uno se guarda para sí mismo, llena de las palabras que no se dicen, de algunos sueños, de opiniones que se callan, de miedos que no nos atrevemos a confesar. Hay también en esa ventana una parte desconocida que aún no hemos descubierto, que nadie ha descubierto tampoco en nosotros, como el arpa en el ángulo oscuro del salón. Y por fin, hay un área ciega, un área de inconsciente comunicación, porque es esa parte que los demás ven en ti y que tú no reconoces, es la parte que ellos no siempre te cuentan, que descubren en tu manera de moverte, de reir, en tu tono de voz.

Pero ¿qué pasaría, si encuentras a alguien que, como un espejo, te refleja ese área ciega que no puedes ver y que se pasea por tu parte oculta con visado de turista?¿qué pasaría si yo, que nunca me planteé encontrar a un alter-ego, sino en la literatura, me pegara de bruces con él al azar, en un lugar cualquiera?

Dicen que todos tenemos un doble de nosotros mismos en las antípodas del planeta y que si Uno se lanza en su busca, él Otro iniciará la misma aventura y seguirá la misma dirección y el mismo sentido, con lo que estarán destinados a no encontrarse.
Solo la casualidad permite este encuentro. Que Uno y Otro se conozcan sin haberlo previsto. Aunque como dice Otro, al final, todo resulta siempre más terrenal de lo que Uno se imagina ;)

jueves, 17 de diciembre de 2009

A mí me gusta la Navidad.
Porque pensamos en ser mejores.

¡Feliz Navidad!

Que todos los días de este año sean Navidad,
que se hagan realidad vuestros deseos,
que tengáis siempre tiempo para escuchar a un amigo, para pasar tiempo con la gente que os quiere, para dedicarlo a uno mismo,
que encontréis el camino a la felicidad,
que superéis las dificultades saliendo fortalecidos,
que no os olvidéis de sonreir al menos una vez al día,
que llenéis vuestra vida de proyectos y planes.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Como Penélope...

paso las horas tejiendo y deshaciendo mi trabajo. Y así pierdo la cuenta de los días que quedan para que vuelvas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Corazones

Hace ya mucho tiempo de aquella noche, no había consuelo para mí, pero mi amiga se quedó sentada a un lado en un banco de la plazoleta, en el mismo barrio donde habíamos crecido. Y me contó una historia que no he podido olvidar.

Un dia un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni marcas ni rasguños.
Pero un anciano se acercó y dijo: "¿Por qué dices eso, si tu corazón no es tan hermoso como el mío? Sorprendidos la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encajaban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares alrededor. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos. La gente se sobrecogió, ¿cómo podía él decir que su corazón era más hermoso?
El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reir.
-Debes estar bromeando -dijo. -Compara tu corazón con el mío... El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor.
- Es cierto, -dijo el anciano -tu corazón luce perfecto, pero en el mío cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que compartimos. Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos - dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, de que algun día -tal vez- regresen y llenen el vacío que dejaron ¿Comprendes ahora?


Aquella noche, me pareció una bonita historia, nada más. No sabía yo que había quedado un primer hueco vacío en mi corazón y que, más tarde, se seguiría llenando de rasguños y heridas. Algunas curaron; otras, han quedado abiertas. Y sangran. A veces, está todo desencajado. Y duele.

Sin embargo...

domingo, 26 de julio de 2009

Indicaciones de uso

Una amiga conoció a un chico en sus vacaciones que tendría que haber muerto a los 24 de una enfermedad degenerativa. Ahora era un hippy de 32 que no caminaba descalzo por no clavarse los cantos del suelo, porque estos hippies mira que son poco prácticos, decía. Y seguía viviendo. Con los ojos llenos de luz.

Él le recordó algo a mi amiga. Que hay que vivir como si nos fuéramos a morir mañana. Un primer mandamiento.

Vive como si fueras a morir mañana.
Ama como si nunca te hubiesen hecho daño.
... baila como si nadie estuviera mirando, añadí yo. Mi amiga asintió.

En alguna parte lo había escuchado ya. Y es lindo. Pero me resulta tan complicado ponerlo en práctica.

Porque no espero morir mañana.
Porque las heridas me han dejado cicatrices.
Y porque cuando dejas de bailar y abres los ojos, puede haber alguien mirando y riéndose a carcajadas.

martes, 7 de julio de 2009

Yo, mi, me, conmigo



Una amiga me regaló el otro día la columna de un periódico que suelen repartir cada mañana en el metro con una bonita reflexión.

"Al final, tú contigo" se titulaba.

Desde luego, nunca nos quedamos solos. Siempre estamos con nosotros mismos. Y a veces, hasta tenemos que soportarnos. En esos días grises y monótonos. Y amarillos chillones y efervescentes. Algunos negros y tristes.
Pero así y todo, vamos tan acelerados por conocer a otros, por charlar con otros, por salir de cañas con otros, por darles nuestro amor a otros, que nos olvidamos de nosotros mismos. "Estaba tan seguro de que su triunfo consistía en agradar a los demás que se le olvidó agradarse a sí mismo", decía el artículo.
"Muchos vacíos de vida se producen por error de entrega de vida. Nos regalamos sin construirnos ni valorarnos. Buscamos amores ajenos y olvidamos el amor propio (...) Aquellas reinas de noches de sofá y cama, aquellos vampiros chupadores de espejismos de luna menguante, todos sin excepción se fueron desvaneciendo entre rutinas de calendarios sin historia hasta que un día, de repente los envolvió el gran nubarrón del alma, que es ese momento en que mirándote al espejo no te ves. Se desaparecieron de sí mismos porque su yo, a cambio de nada se lo habían dado a otros". Amores de barra. Querencias que sólo son respondidas con desprecio. Parejas que se mimetizan y no saben crecer individualmente, sino sólo en su unión, siamesas. Hasta que el amor se acaba. Relaciones sociales fingidas. Ambiciones de fama y poder. Todo se acaba quedando en nada. "De vez en cuando hay que sustituir paisaje por espejo y mirarse en silencio para reconocerse (...) Saber verse, husmearse, criticarse y quererse. Hablarse... hacerse preguntas". Quererse siempre. Conocer lo bueno y reconocerse también en lo malo. Y aceptarse.

EL artículo terminaba de la mejor forma posible, haciendo referencia a la "gran feria de los abalorios humanos", que es, por desgracia, un poco, nuestro mundo, y a aquello que ya decía yo al comienzo de este post. Que al final uno siempre queda consigo, para encontrarse. Pues como dijo Hesse, esa es la verdadera misión que se nos ha encomendado.

Gracias, S., por recordarme que siempre he de responder primero ante mí misma.

domingo, 3 de mayo de 2009

Fantasía

Intento recordar cosas bonitas que me hayan dicho.

Que llenaba las cosas pequeñas del mundo de fantasía. Aunque es posible que entonces no llevara aún el desencanto en los bolsillos. O que fuera él quien inspiraba esa extraña habilidad en mí.

Fue hace años. No recuerdo cuantos. Una tarde de equilibrios en la barandilla de un acantilado del Norte.
Él decía que desde lo alto siempre se veía todo desde otro prisma.

Tal vez por eso, cuando desapareció de mi vida, me entró la curiosidad por la montaña y empecé a escalar paredes.

sábado, 25 de abril de 2009

Queda prohibido

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin
alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.



Gracias Elena ;)

sábado, 11 de abril de 2009

Aquí y ahora

Si nuestra amistad depende del espacio y del tiempo, entonces, cuando por fin superemos el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra propia hermandad! Pero supera el espacio, y nos quedará sólo un Aquí. Supera el tiempo, y nos quedará sólo un Ahora. Y entre el Aquí y el Ahora, ¿no crees que podremos volver a vernos un par de veces?

... de Juan Salvador Gaviota

domingo, 5 de abril de 2009

Despedida



Hay escenas de cine que cuentan nuestras vidas.
Esta es una de mis favoritas. Y en las últimas semanas no he dejado de acordarme de ella.
Salvo que yo no soy Natalia Verbeke, ni me aprendí tan bien el guión...
Hay escenas de cine que cuentan mi vida.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Para los que sufren...



que como dice Chaouen, son la mayoría. Incluso en Navidad.
Aunque en el telediario se olviden de ellos y sólo den las noticias del Gordo.
Y para todos los anónimos con grandes y pequeñas penas que intentan espantar a lo largo del día hasta el momento de conciliar el sueño.
Porque, en cualquier momento, no me cabe duda, sus venas se llenarán de sol y de risas.

Feliz Navidad



Un poco de humor para vuestra Navidad.
Felices Fiestas a todos los amigos y desconocidos que leeis asiduamente mi blog!

lunes, 1 de diciembre de 2008

Guerreros de la luz

Una frase de Rebuffat, un famoso alpinista, que hablaba de conducir el cuerpo allá donde soñaron nuestros ojos, me hizo recordar este fin de semana a los guerreros de la luz de Coelho, a esas personas que no tienen miedo a vivir y que no dudan en hacer cosas fuera de lo común.

Pueden bailar en la calle mientras caminan hacia el trabajo o la universidad. O mirar los ojos de un desconocido y hablar de amor a primera vista. Pueden exponer a veces ideas que parecen ridículas.
No tienen miedo de llorar antiguas penas, o de alegrarse con nuevos descubrimientos. No dudan en abandonarlo todo y parten hacia su aventura soñada. Y cuando entienden que han llegado al límite de su resistencia, salen del combate sin culparse por haber hecho una o dos locuras inesperadas.

Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él. Un guerrero de la luz está siempre comprometido. Es esclavo de sus sueños y libre en sus pasos.

Hace tiempo que trato de seguir las enseñanzas de este manual. Hace tiempo que no sueño sólo cuando estoy dormida. Hace tiempo que confío. Y como estoy segura de que el pensamiento puede cambiar nuestras vidas, nuestras vidas cambian y circulan por caminos vertiginosos, arriesgando a veces la cordura. Y el corazón. Luchando con una espada de cartón piedra. Y recogiendo de vez en cuando los cachitos de esperanza que quedaron en el campo de batalla. Para pisar fuerte a la mañana siguiente. Y no olvidar que siempre queda sitio, como dice mi amiga Eli, para muchas otras cosas.

jueves, 30 de octubre de 2008

Buscador de sueños

El otro día, en una actividad con los chicos, uno me preguntó si existía el oficio de buscador de sueños. No supe contestarle, pero todos, a tiempo completo, creo que somos algo así. Y con un sueldo bastante irregular.

Porque soñar sin sueño no significa que encontremos. Ya lo dice Bucay, que un buscador es alguien que busca, pero que no necesariamente encuentra. Alguien que hace de su vida una búsqueda. Que en un momento determinado no teme dejarlo todo siguiendo un presentimiento.

Yo no sé lo que ando buscando, si es que busco algo en particular. Ayer me decía una amiga que cuanto más mayores nos hacemos, más incierto es nuestro futuro. Yo sólo sé que dentro de diez años quiero seguir viviendo. Simplemente. E ir rumiando la manzana, como si fuera un gusano, ir experimentando, aprendiendo, aliméntandome de la vida. Hasta saciarme.

martes, 9 de septiembre de 2008

Mensaje en una botella

No son más amigos aquellos que te hacen reir con mentiras. Sino aquellos que te hacen llorar con verdades. Porque a veces necesitamos una bofetada que nos espabile, que nos haga reaccionar. Y son los buenos amigos los que nos dicen lo que no queríamos oír.

No son más amigos los que te aprecian por tu simpatía, tu generosidad o tu buena conversación. Sino aquellos que conocen también tus defectos y piensan que, por encima de todo eso, eres una persona estupenda.

No son más amigos los que celebran tus victorias. Sino los que te acompañan en la derrota y acuden a curar la herida. Los que te preguntan cómo estás y esperan a escuchar tu respuesta.

No son más amigos los que están más cerca. Sino aquellos para los que nada cambia a pesar de la distancia, los baches, los años o la dirección del viento. Los que superan el espacio y el tiempo y se quedan entre el Aquí y el Ahora.

Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud. Eso decía Aristóteles. Y él era un tipo inteligente. Pero sí me he dado cuenta estos últimos días de que querer, al menos, es un requisito indispensable. Y a pesar de las discusiones, los enfados y las diferencias de parecer, me considero muy afortunada de teneros. Y no creo que nunca se vaya a romper ya el hilo invisible que nos une.

Un abrazo fuerte, fuerte, de esos que parece que puedan hacer los huesos polvo de estrellas.