es que hay instantes en que el universo alrededor conspira en nuestro favor.
Y hoy, leyendo Momo, volví a descubrir que desde luego esto no es idea mía. Que esos instantes se llaman las horas astrosas. Que ya se habían inventado. Que suponen la colaboración de las cosas, de los seres y de los astros. Y que si sabemos reconocerlos y aprovecharlos con fortuna, podemos conseguir que el rumbo de las cosas cambie. Que algo que ni antes ni después de ese momento hubiera sido posible, OCURRA.