
Este es Diego, mi niño preferido, aunque es difícil hacer favoritismos en esa guardería.
A mi llegada era un niño tremendamente conflictivo y dicen las educadoras que desde que yo estoy allí es más tranquilo, más cariñoso. Me busca, se me agarra a las piernas como una pequeña garrapata, se cela incluso cuando juego con otros niños o los abrazo, séntate aquí, me dice cada día a la hora de comer.
Le compré un autito de juguete azul y no podéis imaginar su cara de felicidad.
Tenía ganas de que lo conociérais.