El otro día, en una actividad con los chicos, uno me preguntó si existía el oficio de buscador de sueños. No supe contestarle, pero todos, a tiempo completo, creo que somos algo así. Y con un sueldo bastante irregular.
Porque soñar sin sueño no significa que encontremos. Ya lo dice Bucay, que un buscador es alguien que busca, pero que no necesariamente encuentra. Alguien que hace de su vida una búsqueda. Que en un momento determinado no teme dejarlo todo siguiendo un presentimiento.
Yo no sé lo que ando buscando, si es que busco algo en particular. Ayer me decía una amiga que cuanto más mayores nos hacemos, más incierto es nuestro futuro. Yo sólo sé que dentro de diez años quiero seguir viviendo. Simplemente. E ir rumiando la manzana, como si fuera un gusano, ir experimentando, aprendiendo, aliméntandome de la vida. Hasta saciarme.