jueves, 16 de octubre de 2008

El mundo es un pañuelo

Digo yo que, a veces, la vida se nos antoja un poco como el show de Truman y parece que nuestro productor no tenga suficiente capital para contratar actores. Por eso vuelven a reaparecer viejos personajes. Como en las series, cuando uno que creíamos muerto, resulta que estaba de vacaciones en La Habana. Para que luego digan que la crisis no se nota.

Es por esto que a veces en el otro lado del mundo saludas a tu vecino o te encuentras con tu ex en la Plaza Mayor de una ciudad del Nuevo Mundo.

En fin, volvía yo de hacer un intento de visita de piso (y digo intento porque yo llegué puntualísimamente, pero nadie respondió al timbre) y de camino al metro veo a un viejo amigo al otro lado de la calle. Un chico que apareció hace casi ya una década en catequesis, en la iglesia del barrio, con cara de nuevo, y que años más tarde me encontraba regularmente en un bar de fin de semana.

- ¿Qué haces tú por aquí? ¡Cuánto tiempo! (típico comienzo de chascarrillo).
- Ahora trabajo aquí. Estaba buscando una habitación por la zona.

Eli hablaba esta semana de vidas cruzadas. Yo creo que a veces es cierto que uno se encuentra con las mismas personas en su camino. No sé por qué razón o con qué fin. Hay otras que, sin embargo, desaparecen sin más. Pero esto ya es otra historia.