Esta mañana, en una reprografía, y entre papeles de me ofrezco para limpiar, me ofrezco para cuidar niños, se hacen trabajos de carpintería, se dan clases particulares, descubrí un papel con letras mayúsculas, inclinadas y temblorosas, como de alguien mayor, que decía:
"Me ofrezco para leer a quien lo necesite"
Y me pareció tan poético encontrar algo así entre tantos anuncios prácticos escritos a ordenador y con letra de imprenta.
Estuve a punto de anotar el teléfono.
Porque me hubiera gustado escuchar la voz de esa persona. Porque la hubiera citado en alguna parte y me habría escondido sólo para descubrir qué extraño, sencillo o sensible ser habría colocado ese papelucho en el corcho de los anuncios por palabras. Y porque a mí me encanta escuchar leer en alto.