No dejamos de escuchar que la economía tiene que crecer y ahora resulta que la solución pasa por decrecer de forma sostenible. Es curioso cómo los medios no dejan de vendernos que la felicidad pasa por el consumo, el coche más grande, el vestido más Armani, el reloj más preciso, el móvil de última generación. He acudido a una charla de decrecimiento en la sede del Patio Maravillas y es interesante saber que existen alternativas. Porque en aquella sala sólo había sillas viejas, una mesita destartalada y una bombilla, pero cumplían perfectamente su función. Estamos tan obsesionados con desechar y renovar, producir y consumir, que nuestra basura ya no tiene dónde almacenarse.
Pero la pregunta es ¿somos lo suficientemente maduros y coherentes como para llevar estas ideas a la práctica y seguirlas manteniendo con el paso de los años? ¿No nos dejaremos llevar por la comodidad, por esta vorágine que es el capitalismo? ¿Se puede producir un cambio desde una minoría? Una vez escuché decir que las utopías no son sueños imposibles, sino sueños imposibilitados. Desde dentro, desde el interior del sistema (porque no cabe duda que vivimos en él) puede empezar un pequeño cambio, y también desde dentro de nosotros mismos. No se trata sólo de ser coherentes con nuestros principios, sino también con nuestras necesidades y con lo que nos rodea.
Siempre supe que no quiero vivir para trabajar. Hemos creado nuestras propias cadenas. Decía un profesor de filosofía que cuando veía salir a una pareja joven del banco con cara de felicidad porque habían conseguido una hipoteca a cincuenta años, no dejaba de preguntarse qué habíamos hecho mal.
De momento habrá que visitar la página:
http://sindominio.net/wp/decrecimientomadrid/
y por supuesto, echad un vistazo a esto:
http://www.youtube.com/watch?v=z4UJrCZSqUQ
(escucharéis una bonita perspectiva de lo que podría ser)