"En el universo nada se crea ni se destruye. Todo está exactamente en las mismas proporciones que al principio de los tiempos" (A. Torres, Niños rociando gato con gasolina)
Lo que nosotros tenemos o lo que nos falta lo compensa un reverso. La otra cara de la moneda. Y todos tenemos un reverso. O varios. Puede que sea el vecino del quinto o que se encuentre al otro lado del mundo.
Así, si uno tiene mucha memoria, su reverso es un desmemoriado.
Y si alguien toca maravillosamente el piano, otro tendrá los dedos deformes y torpes.
Alguien me dijo una vez que ocurre así con la muerte. Que cuando uno muere, otro está viniendo al mundo en ese preciso momento.
El otro día me crucé con mi reverso en el colegio.
Y pensé que, con suerte, la próxima vez seré yo el antagonista afortunado que compense el desencuentro de dos desconocidos.
Como ahora lo es ella.