(7AM. Jan Saudek)Me pregunto si catalogar la impaciencia como una virtud o como un defecto. A veces es más un defecto. Pero cuando uno inicia un nuevo curso, un proyecto o prepara un viaje, la impaciencia se convierte en entusiasmo.
Como cuando de niños veíamos el pastel de cumpleaños en la mesa y queríamos comérnoslo a bocados antes de que llegaran los amigos, así hoy en el curso de fotografía. Me hubiera comido a bocados al profesor, y no precisamente por su atractivo, sino por engullir todos sus conocimientos y ver las fotos a través de sus ojos (y no de los míos, miopes, los pobres).
Como cuando de niños veíamos el pastel de cumpleaños en la mesa y queríamos comérnoslo a bocados antes de que llegaran los amigos, así hoy en el curso de fotografía. Me hubiera comido a bocados al profesor, y no precisamente por su atractivo, sino por engullir todos sus conocimientos y ver las fotos a través de sus ojos (y no de los míos, miopes, los pobres).