miércoles, 3 de septiembre de 2008

¿El principio del fin?

Atención, pregunta: ¿por qué los científicos disfrutan tanto con sus juguetitos y les importa poco lo que pueda ocurrirnos al resto de los mortales?
La otra noche me advirtieron de los peligros de poner en funcionamiento el LHC, un acelerador de partículas que pretende estudiar la materia que compone el universo.
Para los que les interese más el peso, como diría un poeta, que el vuelo, pueden entrar en El secreto de Zara y consultar la wikipedia y comprobar que este peligro es una falsa alarma, ya que existen razones científica y matemáticamente evidentes que prueban que el experimento es seguro.

Para los demás, los paranoicos, los catastrofistas y los soñadores, veamos qué podría pasar.

Es posible que un agujero negro enorme se tragara todo el universo por capricho de unos cuantos científicos. Esto ocurriría el 21 de octubre de 2008. O en un día cualquiera a partir de esta fecha y durante los dos años siguientes, en que toma velocidad el aparato.
Es el momento de decir a tu jefe lo gilipollas que es y de quedarte tan ancho. De tomarte unas cañas con ese amigo al que hace tanto tiempo que no ves. De pedirle una cita a ese chico al que has echado el ojo. Y de hacer todas esas pequeñas cosas que a diario no harías por vergüenza.
Ten en cuenta, que, en caso de que el agujero negro ese no se trague nada, el haber hecho tantas estupideces no es tan importante, porque después de todo, no se acaba el mundo;)

Es posible también que se abriese un bucle espaciotemporal que nos enviara a cualquier otra parte. Preparen entonces una mochila de supervivencia para la era de los dinosaurios o la edad media. Y no se asusten si en épocas no carnavalescas se encuentran un Cro-Magnon o un caballero de la Tabla Redonda. Me estoy viendo como Michael J. Fox en Regreso al Futuro.

Por último, imagínense que se quedan ustedes bloqueados en una coordenada del espacio-tiempo. Que el mismo día se repite una y otra vez y nunca pueden avanzar. Piensen qué tipo de día desearían. Un lunes por supuesto que no. Y menos el día en que se te ocurrió acompañar a tu prima pequeña al concierto de Bustamante. Sería un castigo inimaginable.

En fin, de estas cosas yo tendría que hablar con mi amigo Eder, que es una mente racional, científica y clarividente;) y que iba a desmantelar todos mis supuestos en unos minutos mientras se desgüevaba.
Pero también a Julio Verne le tachaban de loco.
Y a Miguel Servet lo quemaron por menos de nada en la hoguera. Que lo estudié cuando iba al cole (aunque no sé qué pinta él en todo esto).