A los 18 años, sufrió un accidente que la dejaría postrada en una cama. Fue su fuerza de voluntad y su carácter lo que le permitió volver a caminar, pese a los malos pronósticos médicos. Pero sufriría dolores toda su vida. En su diario, escribiría aquello de "pies, para qué os quiero? si tengo alas para volar".
Amante de su país y del comunismo, sería la sufrida esposa del muralista Diego Rivera, pero cansada de sus infidelidades, se relacionaría con Trotsky, con un fotógrafo americano (creo recordar) e incluso con alguna mujer.
Breton calificó su obra de surrealista, pero Frida nunca aceptó esta consideración. "Nunca pinté mis sueños" dijo ella "Pinto mi propia realidad". Una realidad dolorosa y frustrante. Siempre quiso tener hijos, pero desistió después de sufrir varios abortos. La persona a la que más amó, Rivera, la engañó una y otra vez, incluso con su propia hermana. Y sufrió numerosas intervenciones quirúrgicas infructuosas para reconstruir una columna hecha pedazos.
Frida se ha hecho célebre gracias a la adaptación al cine de su biografía, pero ella es un personaje que se escapa de las pantallas.
Nunca ví una de sus obras y nunca estuve en la Casa Azul de Coyoacán, pero seguramente su alma lo invade todo alrededor de ese lugar y está en cada pincelada de sus cuadros.
