domingo, 8 de febrero de 2009

Filosofía reikiana

Por hoy,
no te enojes,
no te preocupes,
sé agradecido,
trabaja duro,
sé amable con los demás.

Mi profesor de EGB era un maestro de yoga, bastante notable, y de niños, en la escuela, nos dejaba con la boca abierta con sus comentarios. Cuando nos hacía escuchar música, decía él, de los propios ángeles, que había grabado un grupo de exploradores en su helicóptero. Madre mía! No se me olvida aquella tarde, haciendo los deberes. O se jactaba de que no había televisión en su casa y que se pasaba horas y horas boca abajo contra la pared de su dormitorio. Creo que yo lo veía como un superhéroe o algo así. Como un tipo raro. Pero mi madre cuando llegaba a casa se encargaba de reirse de mi inocencia.

Es posible que alguna de todas esas enseñanzas me empuje ahora a ser tan curiosa con la filosofía oriental. Ayer, en una charla inesperada, me encontré de lleno con la filosofía reikiana. Yo he experimentado ya la vertiente terapeútica de esta práctica, pero no conocía los principios que la rigen, ni el resto de la vertiente teórica.

Dicen que el reiki esconde el secreto de la felicidad y es el remedio para todas las enfermedades. Yo creo que es nuestra mente la que nos enferma. Y es por eso que entiendo que el reiki haya llegado a los hospitales y no dudo que sea una ayuda. Porque se encarga de curar la mente, de vaciarnos de preocupaciones, de guiarnos a un estado de paz, al satori.

Estos son los cinco principios que han de seguir los practicantes de reiki. Sólo por hoy, porque se habla del aquí y el ahora, del presente, no te enojes, mantén la calma, no te preocupes, no adelantes los problemas, da gracias por cada uno de los momentos que estás viviendo, trabaja, ocúpate en diferentes actividades, sé amable, sonríe.

Es así como, según esta filosofía, se expande la luz.